Parare Vias Domini (Preparar el camino al Señor)».

viernes, 27 de mayo de 2011

El Salmo 23 en la pelicula de Denzel Washington "El libro de Eli" y en la serie Perdidos

TUENTI
El salmo 23 expresa perfectamente la experiencia del cristiano de descubrir a Jesús como Áquel que acompaña su vida y le cuida, especialmente en los momentos de dificultad.

http://www.youtube.com/watch?v=NRdamSF7Nfc&feature=player_detailpage#t=16s



El Señor es mi pastor, nada me falta.
En prados de hierba fresca me hace reposar,
me conduce junto a fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

Me guía por el camino justo,
haciendo honor a su Nombre.
Aunque pase por un valle tenebroso,
ningún mal temeré,
porque Tú estás conmigo.

Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
Me preparas un banquete
en frente de mis enemigos,
perfumas con ungüento mi cabeza
y mi copa rebosa.

Tu amor y tu bondad me acompañan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

Salmo 23

Un fragmento de uno de los capítulos de la serie PERDIDOS en el que Eko, uno de los protagonistas de la serie, recita el célebre salmo que presenta al Señor como Pastor:

domingo, 22 de mayo de 2011

LA PUERTA DEL SOL

TUENTI http://especiales.lainformacion.com/panoramicas/manifestacion-acampada-sol/

La plaza de la Puerta del Sol de Madrid (y las calles aledañas) estaba a rebosar. Y, de pronto, antes de las doce se hizo el silencio. Un silencio profundo, casi de oración. De oración, sin duda, para muchos cristianos. Con el símbolo de la cinta en la boca. Y al rato, estalló el silencio en un grito: "El pueblo unido jamás será vencido". Y así, repetidamente. Gritos y silencios. Silencios y gritos. El grito mudo. En un clima de fiesta y de ilusión.
Porque, al contrario de otras muchas manifestaciones, se respiraba compañerismo, confraternidad. Buen rollito, que dicen los modernos. Y lo más sorprendente, a pesar de que a los allí presentes les llaman los "Indignados", a pesar de que el movimiento surgió del 'Indignaos' de Hessel, más que indignación lo que se palpaba y se olía era ilusión. Y, por supuesto, nada de colera.
Ilusión de compartir con otros los mismos ideales de regeneración democrática, de unos políticos realmente al servicio del bien común y no al de sus propios intereses o el de sus partidos. Ilusión de ver que, por fin, el pueblo clama, sin ira, pero reivindica sus derechos pisoteados por una democracia más virtual que real. Ilusión de ver que la gente salta por encima de ideologías (había personas de derechas, de izquierdas y de centro en mi propio grupo), para pedir a los partidos que cambien, se conviertan y atiendan el clamor del pueblo...Y plasmen ya sus peticiones más importantes.
¡Qué cerca está todo esto de los grandes valores del Reino! España ha recobrado la voz. El pueblo pide (y exigirá cada ve zcon mayor contundencia) sus derechos. Ha nacido una revolución moral. Una revolución que construye país y que nos acerca al Reino de Dios. Una sensación para sentirte más ciudadano y más hermano de mis hermanos. Crear fraternidad es crear Evangelio.

La parábola del sembrador. ( Lucas 8, 4-15 )

TUENTI

 
En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente, y viniendo a él de todas    las ciudades, dijo en parábola: Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó al borde del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; otra cayó sobre terreno pedregoso, y después de brotar, se secó, por no tener humedad; otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado. Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga.

Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola, y él dijo: A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan. La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. Los del borde del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven. Los del terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten. Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez. Lo que en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia.



 ReflexiónTodos los hombres, de todos los países y épocas, hemos recibido la redención de Cristo. El pagó por todos los pecados; los de ayer, los de hoy y los de mañana. A todos se nos han abierto las puertas del cielo.

Sin embargo, la actitud de cada uno ante este regalo de infinito valor es muy diversa.

Para algunos, Cristo no representa nada en su vida. O porque no han recibido todavía su mensaje, o porque no les interesa. Dan verdadera lástima, porque viven sin saber a lo que están llamados. Pasan los años como si todo terminase aquí, sin más esperanza.

Otros han oído hablar del Señor, pero su fe es superficial. Viven metidos en el pecado sin preocuparse lo más mínimo. Son los cristianos que han adaptado sus costumbres a las del mundo. Piensan que así están bien y que al final todo se solucionará. Pero sus malas acciones le duelen profundamente al Corazón de Jesús.

Sin embargo, un número considerable de personas es consciente de que realmente Dios les ama y tiene un plan de salvación para cada uno. Son los que, a pesar de sus limitaciones y caídas, se levantan y siguen por el camino que Cristo les ha marcado. Son los que han acogido el Evangelio, y los que dan frutos, construyen y santifican la Iglesia. Son el modelo y testimonio de la vida cristiana. Por ellos ha valido la pena la entrega de Cristo en la cruz.